miércoles, 9 de noviembre de 2011

15 anéctodas de Vlad Tepes

Existen diferentes versiones de cada una de ellas, partiendo de la base de que nacen del miedo que generaba dicho personaje vamos a recurrir a las más repetidas (como veis es un trabajo de recopilación, no de creación :-) ):

1) Felicitación a los soldados heridos:

En 1462 después de una batalla fué a inspeccionar a los heridos, separando a los que tenían lesiones y heridas en la cara o en el pecho de los que tenían las heridas en la espalda. Los soldados con heridas en la espalda fueron empalados mientras que los otros fueron felicitados...

2) Guerra Biológica:

Fué un pionero en la guerra biológica, tomaba a los enfermos de algún mal contagioso de su reino y los mandaba al bando rival, contagiando a los soldados contrarios.

3) El noble polaco:

Un noble polaco al servicio del rey de Hungría visitó Tirgoviste en 1458. Drácula lo invitó a cenar y, de repente, ordenó colocar una lanza preparada justo frente a él. Cuando le preguntó que qué pensaba de aquello, este respondió que creía que era porque alguien había ofendido al príncipe y Drácula trataba de honrarlo. Drácula le dijo que así era, que se trataba de honrar al invitado polaco, cosa que hizo dándole multitud de regalos, y que de haber respondido otra cosa lo hubiera mandado empalar.

4) El sirviente:

Un día cuando Vlad estaba en el castillo, escuchó a un sirviente quejarse del olor que despedían los empalados, no era su intención que su amo lo oyera; pero Vlad mandó traer una estaca muy larga (dicen que pidió la más larga que encontraran) y empaló ahí al pobre hombre, diciendo a sus hombres que de esa forma el sirviente no maltrataría su "fino olfato".

5) El monje empalado:

Versión parecida a la del sirviente, un día cuando Vlad paseaba con un monje junto a un bosque de empalados, éste le dijo que el hedor era insoportable, pero se lo dijo en tono de sorna. Vlad le miró con ojos incendiarios y ordenó que lo empalaran en el palo más alto que hubiera. Cuando el monje ya estaba empalado el príncipe le preguntó si allí arriba olía mejor.

6) La copa de oro:

También puso en la plaza de la capital de Valaquia, una copa de oro para que todo el mundo bebiera de ella, pero aquel que la robara se sometería a la justicia del príncipe. Durante los años de su reinado nadie osó robar la copa de oro.

7) Los dos monjes:

Dos monjes fueron al castillo de Vlad. Cuando este les preguntó qué les parecían los empalamientos, uno de ellos respondió que hacía muy bien en hacerlos pues era una misión divina castigar el crimen, mientras que el otro lo condenó. Uno de los monjes fue empalado y el otro fue recompensado, varía quien fué castigado en función del país.

8) El comerciante:

Un buen día, un comerciante florentino se presentó en su castillo para denunciar que le habían robado una bolsa de monedas de oro. El príncipe le dijo que volviera al día siguiente. Cuando el mercader retornó al día siguiente, los ladrones y todos los miembros de sus familias estaban empalados en el patio de castillo. Frente a ellos, Vlad en su trono y la bolsa robada.

Entonces el Empalador le pidió al comerciante que contara las monedas de la bolsa, para comprobar si faltaba alguna. El aterrorizado extranjero las contó cuidadosamente, y probablemente demasiado asustado para mentir, musitó finalmente:

-Sobra una.

Vlad le contestó:

-Tu honradez te ha salvado. Si hubieras intentado quedártela, habrías acabado en la estaca más alta, junto con éstos..


9) Mensajeros turcos:

A unos mensajeros turcos les preguntó que por qué eran tan irrespetuosos y no se sacaban el turbante en muestra de respeto ante su presencia. Los mensajeros respondieron que no acostumbraban a hacerlo. Vlad decidio reforzar sus costumbres y los devolvió a Estambul con los turbantes clavados a los cráneos, para que nunca se los sacasen.

10) Las caravanas de comerciantes:

Ocurrió que unas caravanas de comerciantes alemanes en su ruta desde Serbia hasta Hungría no llegaron a pararse en Valaquia y comerciar con Vlad. Éste, al enterarse de la falta de respeto hacia él y su pueblo, mandó capturar las caravanas y asesinar a los 600 comerciantes que las componían exceptuando a dos, a uno de ellos le sacó los ojos y a otro le cortó la lengua y les hizo volver con las cabezas de los comerciantes a Serbia.

11) La amante:

Vlad tuvo muchas amantes a lo largo de su vida, probablemente debido al hecho de que le duraban muy poco. Un día que Vlad estaba de mal humor una de sus amantes le dijo para complacerle que estaba embarazada de él. Vlad le envió una matrona para que la examinase y cuando ésta le dijo que no había tal embarazo le rajó literalmente el vientre a su amante gritando que quería ver el fruto de sus entrañas.

12) La mujer holgazana:

Vlad se encontró con un hombre trabajando en el campo que parecía falto de mujer por el aspecto de sus ropas. Al preguntarle si no estaba casado éste le dijo que sí. Vlad hizo traer a la mujer y le preguntó qué hacía en sus días, y ésta le dijo que lavar, hacer el pan y coser. Señalando a las ropas de su marido, Vlad no la creyó y decidió empalarla a pesar de que el marido afirmaba estar satisfecho con ella. Luego obligó a otra mujer a casarse con este hombre no sin antes amenazarla con el mismo destino si no cuidaba bien del campesino.

13) El voivoda Dan:

Otra de sus acciones fue la muerte del voivoda usurpador Dan, debido a que éste quiso derrocarlo del poder, no sin que antes Dan cavara su propia tumba y asistiera a sus propios funerales. Ocurrió en 1460.

14) Los monjes mendigos:

Cuando Vlad fue de visita a un pueblo de Valaquia, vio como dos monjes le pedían limosna. El príncipe les preguntó que por qué pedían limosna si podían vivir sin penurias colaborando en cualquier iglesia y éstos le respondieron que mendigando podrían saber si iban a entrar o no en el reino de los cielos, a lo que Vlad sin más miramientos, les mandó empalar y les dijo que así sus dudas quedarían resueltas de inmediato.

15) La quema de pobres y enfermos:

Dándose cuenta de que el número de pobres y enfermos aumentaba considerablemente en Valaquia, Drácula decidió invitarlos a todos a un gran festín para demostrar que en su reino no habrían pobres. Cuando estaban en medio del gran banquete, Drácula se presentó y les preguntó si querían vivir sin preocuparse ni faltarles nada. Cuando le respondieron que sí prendió fuego a la sala del banquete de tal modo que ni uno solo pudo escapar. Cuando le preguntaban, Drácula justificó esta acción como una forma de librar a los demás de tener que cargar con ellos.

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