lunes, 19 de septiembre de 2011
La gente que te cruzas.
Si partimos del hecho de que cada uno de nosotros se ha hecho a la idea de alcanzar una serie de objetivos, podemos comparar lo que tenemos que hacer para conseguirlo a un camino, nuestro camino, porque nosotros decidimos hacia donde debe llevarnos.
Del mismo modo, podemos ver que si hay un camino por persona debe haber un montón de caminos en el mundo extendiéndose hacia el tiempo futuro. Y es fácil presuponer que en nuestro camino vayamos topándonos con muchos otros caminos más o menos visibles, a modo de cruces.
La mayoría de las veces, al pasar un cruce no vemos a nadie, otras vemos personas que apenas se percatan de que estamos allí, y como me pasó no hace mucho a veces se paran a charlar un rato.
En esa charla comentaréis cuanto hayáis visto en vuestro camino y cuanto esperáis ver, a veces pueden persuadiros de abandonar vuestro camino y que los acompañéis en el suyo. Pero si lleváis mucho tiempo recorriendo el mismo camino, tal vez no queráis dejarlo hasta llegar al siguiente pueblo.
Es vuestra decisión tomar otro camino al que llevábais, pero es importante que sea vuestra decisión. Vosotros, los excursionistas, sois libres de decidir a donde váis, nadie puede impediros que vayáis vadeando un lago o campo a través si así lo decidís.
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