¿Os acordáis de la película Origen protagonizada por Leonardo Dicaprio? En ese filme se exponía la posibilidad de que alguien, pudiera introducirse en la mente de una persona, dejar algo allí, un cambio, una idea, que haría que esa persona cambiase en parte aquello en lo que creía.
Me acuerdo ahora de esto porque algo así me pasó hace unas semanas, de algún modo que no comprendo alguien consiguió entrar en mi mente y boom, el cambio es evidente. Yo lo noto y los que me conocían y me voy encontrando me lo van constatando con sus reacciones.
Sabía que si leía y practicaba las pautas de algunos libros conseguiría llegar a donde quiero, al menos eso prometían, esos mismos libros advertían de que no era que lo que deseabas llegase a ti sino que cambiarías hasta convertirte en una persona capaz de conseguir fácilmente esos objetivos.
Durante dos años, los cambios fueron positivos y muy paulatinos. Sabía que tarde o temprano llegarían grandes cambios ya que para lo que deseo todavía necesito un nivel muy superior al que tengo ahora. Supongo que esa persona, en ese momento fue la forma que encontró el universo de cambiarme.
Hace muchos años, también conocí a alguien capaz de entrar así en mis pensamientos, normalmente me encantaba, pero a veces me producía algo de desasosiego el no saber hasta que punto me conocía, la sensación de no tener ningún control sobre algo que te afecta tanto...
Otra cosa, el otro día alguien al que aún no conozco bien me preguntó si yo creía que llegaría a ser rico, evidentemente lo que quiso decirme se refería a dinero, yo lo entendí como un todo, dinero, amor, salud, espiritualidad, pero lo más inquietante es que hace unas semanas hubiese dado una respuesta dubitativa y esta vez no fue así.
Es como si todas esas convicciones y pautas que he repetido y repetido se hubiesen asentado por fin dentro de mi cabeza. Soy la misma persona, solo ha cambiado un pequeñísimo punto dentro de la inmensidad y sin embargo, todos lo notan.
¿Lo conseguiré? ¿Seguiré cambiando? No lo sé, no conozco la respuesta. Lo que sí sé es que en mi vida no hay rutina, que hay una gran diferencia entre respirar y vivir, vivir es notar como todo lo que sucede a tu alrededor, todo lo que haces, es tan intenso que desgarra tus escudos y llega a quien eres de verdad.
miércoles, 6 de marzo de 2013
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