Antes de que las religiones se diversificasen, sólo existía una, la religión animista. Actualmente, a nivel mundial se está regresando a ella por medio del chamanismo moderno o wicca. Pero vayamos al grano.
Antes de dirigirnos a un dios que lo englobaba todo, los humanos respetabamos el poder de la naturaleza, ya fuese el poder del río, el poder del sol, el poder de la montaña. Así oraban a estos para pedir protección y fortuna.
Después crearon una especie de puente entre los humanos y esos poderes, esos eran los heraldos. Un heraldo no es más que personificar un gran poder, como por ejemplo el de la lluvia. Le daban forma humana y estos actuaban a la vez como guardián de dicho poder y como ser capaz de escuchar las plegarias de los humanos.
Así, la personificación de un poder convirtiéndolo en heraldo, responde a una necesidad de comunicación entre los humanos y la naturaleza. Me explico, las personas racionalizaron la naturaleza dotándola de una forma con la que fuese más fácil comunicarle sus deseos, esto es, otra persona, guardián de estos poderes.
¿Por qué os explico esto? Porque el heraldo de la lluvia lleva unos días en Galicia, purificando el aire, volviendo fértil a la tierra, limpiando las carreteras y nuestros coches. Y creo que aún estará otros tantos días más.
miércoles, 5 de enero de 2011
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